sábado, 23 de abril de 2011

¿Tu negocio está en crisis o tú creas la crisis?


A continuación os presento un cuento sobre las crisis
Casí todo el mundo está pasando ahora mismo por una importante crisis. “Los países tienen problemas: ya no hay negocios como antes, ya no se vende como antes…” Éstas son algunas de las afirmaciones que escuchamos a diario…

“Un hombre vivía en la orilla de un camino donde vendía perritos calientes. No tenía radio, ni televisión, ni leía los periódicos…pero hacía y vendía unos buenos perritos calientes. Se preocupaba por la divulgación de su negocio y colocaba carteles de propaganda por el camino; ofrecía su producto en voz alta y todo el pueblo le compraba.

Las ventas aumentaban cada vez más; él siempre compraba el mejor pan y las mejores salchichas. Llegó el momento en que fue necesario comprar un carrito más grande para atender a la creciente clientela. El negocio prosperaba: ¡Su perrito caliente era el mejor de la región!

Venciendo su situación económica inicial, pudo pagar una buena educación a su hijo, a quien mandó estudiar Economía a la mejor universidad del país. Finalmente, su hijo ya graduado con matrícula de honor, volvió a casa y notó que su padre continuaba con la misma vida de siempre, por lo que decidió tener una conversación seria con él.

- Padre: ¿usted no escucha la radio; no ve la televisión; acaso no lee los periódicos? ¡El mundo entero está en crisis! ¡La situación de nuestro país es crítica: la mayoría de las empresas van a quebrar!

Después de escuchar atentamente lo que su hijo le comentaba, el padre pensó:

- Bien… mi hijo es economista y está muy informado por los periódicos y la televisión. ¡Seguro que tendrá toda la razón!

Y con miedo a la crisis de la que le advirtió su hijo, el padre empezó a comprar el pan más barato (y por supuesto, el más malo) y las salchichas más económicas (las peores del mercado). También, dejó de hacer carteles de propaganda para ahorrar.

Abatido por la noticia de la crisis ya no ofrecía su producto en voz alta, ni atendía con entusiasmo a sus clientes. Fue entonces, cuando las ventas comenzaron a caer y a caer hasta llegar a niveles insoportables. El negocio de perritos calientes que antes generaba buenos recursos finalmente quebró.

Entonces, el padre, muy triste, le dijo al hijo:

- Tenías razón, estamos en medio de una gran crisis.

También le comentaba con orgullo a sus amigos:

- Bendita la hora en que envié a mi hijo a estudiar Economía; él me avisó de la crisis; menos mal que le hice caso.